Los 10 principios de la Alimentación Intuitiva

Quizás has escuchado muchas veces el término Alimentación Intuitiva sin saber a ciencia cierta de qué se trata tanta fama que ha ganado en los últimos años.

La alimentación intuitiva es una propuesta que nace oficialmente en 1995 en California, desarrollada por dos dietistas, Evelyn Tribole y Elyse Resch. La misma se basa en la conexión con el cuerpo, en escucharlo y darle prioridad a las señales que este envía. En otras palabras, respetarlo.

La intuición es una herramienta con la cual nacimos todos, pero de la cual nos vamos desconectando con el paso de los años.

La Alimentación Intuitiva se basa en 10 principios fundamentales que explico a continuación.

  1. Evitar la mentalidad de dieta. 

Por muchísimos años se nos ha vendido la idea de que a través de las restricciones alimenticias podemos lograr nuestro peso ideal, desde jugos mágicos hasta píldoras. Actualmente ya existen estudios y números estadísticos que revelan la verdad acerca de las dietas y es que más del 90% de las personas que se someten a estos planes al cabo de un año recuperan el peso perdido e incluso ganan entre 3 y 5 kg más de peso. Eso sin contar los trastornos de la conducta alimentaria que pueden ser provocados por ellas. 

Otro aspecto que llama mucho mi atención respecto a las dietas es ver cómo pretendemos dar soluciones físicas al tema del peso creyendo que únicamente es un problema físico, cuando la realidad es que el vacío interno que provoca muchas veces nuestra mala relación con la comida no se puede ver a simple vista. Es por eso que considero de vital importancia transformar y sanar desde adentro.

En muchos de los casos la mala relación con la comida o el sobrepeso está detonado por unas cargas enormes de emociones no manejadas y en gran medida por sufrimiento. Una vez que te sometes a una dieta te estás sometiendo a una restricción alimenticia en algún sentido y las restricciones en vez de sanarte te provocan aún más sufrimiento. Convirtiéndose así en una rueda del hámster de la cual no puedes salir. 

  1. Aceptar el hambre.

Este principio dicta hacer las paces con el hambre, entendiendo que la misma no es nuestra enemiga sino la herramienta natural del cuerpo para salvarse de la inanición. 

Han sido múltiples las formas en las que se ha satanizado el hambre y la propuesta aquí es regresar a observar el valor que aporta en nuestras vidas reconocerlo. Dejar de buscar un vaso de agua o alguna distracción cada vez que el hambre toca a tu puerta. El hambre de comida tiene síntomas o señales muy claras, desde gruñidos estomacales hasta fatiga y mal humor. Si te reconoces con hambre, come. 

3. Reconcíliate con la comida.

No existe comida buena o comida mala, estas son solo etiquetas del hombre. Lo que sí existen son comidas que nos hacen sentir mucho mejor que otras. Aquí es importante establecer una conexión con nosotros mismos para determinar qué alimentos nos vienen mejor y darles preferencia. A partir de ahí cuando somos conscientes no existen restricciones.

4. Ignora los remordimientos.

Quizás te ha pasado que comes algo fuera de lo que es considerado “bueno” y te has descubierto hablándote en un tono lascivo. La propuesta de este principio es simplemente ignorar aquellos pensamientos negativos o de culpa después de haber comido. Aceptar que estás en un proceso de transformación y enfocar tu energía en otra dirección, esto lo puedes hacer auxiliándote de preguntas claves:

  • ¿Cómo me hace sentir esta comida?
  • ¿Qué emociones estaba sintiendo antes de comer?

Funciona mucho llevar un journal donde a través de preguntas puedas conectar profundamente con las emociones que detonan estados de ansiedad por la comida y desde ahí trabajar en validarlas desde espacios diferentes.

  • 5. Descubre el factor de la satisfacción.

¿Estás comiendo para comer o para encontrar satisfacción? Los seres humanos comemos para nutrirnos pero también para conectar con la felicidad. La comida debería hacernos sentir satisfechos y para eso debemos usar todos nuestros sentidos. 

6. Reconoce la saciedad.

He aquí otro punto importante de observación interior. Desde que eramos niños a muchos nos programaron en casa para acabarnos toda la comida que está en el plato, esto con el tiempo nos desconectó de la sabiduría del cuerpo que sabe cuándo enviar los mensajes de saciedad y de la mente que sabe respetar esos mensajes. 

Por otro lado quizás te has fijado cuanto disfrutas el primer bocado de comida y a partir del segundo tu mente consciente se desconecta y ni te enteras cuando te comiste el resto. Por eso es imprescindible que practiquemos un poco de mindfull eating, que se trata de estar completamente en presencia. Disfruta cada bocado despacio con todos tus sentidos. De esta forma le darás tiempo a tu cuerpo de enviarte las señales de saciedad.

7. Lidia con tus emociones.

El trabajo emocional es vital para tener una buena relación con la comida. No podemos pretender separar las emociones del momento de nutrirnos, más si podemos ser conscientes de ellas para que no se conviertan en detonantes de atracones o restricciones. Observa cuales son aquellas emociones detonantes para ti y una vez que te hagas consciente de ellas podrás buscar herramientas para sanarlas, ya que la mayoría de las veces usamos la comida como píldora para aliviarlas y esto es otra rueda de hamster.

8. Respeta tu cuerpo.

Quizás este sea el principio más importante de la alimentación intuitiva, reconocer, aceptar y agradecer que tu cuerpo no es como el de alguien más. Aprender a amarlo tal y como es, honrarlo porque él representa el registro físico de la historia de tu vida. Entender que cada día te provee de herramientas para continuar expandiéndote, que si lo ves como un aliado en tu camino te darás cuenta de cómo empieza a  convertirse en un gran maestro.

9. Movimiento

Cada ser humano tiene un sentir diferente, este principio es una invitación a encontrar y conectar con el tipo de movimiento físico que se sienta mejor para ti. Sin concentrarte en las calorías que quemas y cambiando el enfoque hacia las sensaciones que experimentas durante y después de haberte movido. Existen muchísimas formas de mover el cuerpo, desde el ejercicio funcional, yoga, pesas y caminar hasta el baile. El punto es encontrar el que mejor te haga sentir.

Honrar la magia de la vida a través del movimiento no se ve igual para todos, pero si se siente igual, siempre se traduce en más gozo y alegría.

10. Cumple con tu salud

Necesitas tomar consciencia y responsabilidad contigo mismo, saber elegir qué tipo de alimentos enaltecen tu salud y cuales la deterioran pero siempre con la premisa de que no existen alimentos buenos o malos, sino que los consumos excesivos de algunos tienen impactos positivos o negativos sobre tu salud. Recuerda que algo que comas una o dos veces no va a enfermar, se trata más bien de ser consciente y elegir lo que mejor te haga sentir.

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